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lunes, 2 de diciembre de 2013

El "Black Friday" llega a España

Puedo asegurar por experiencia propia, que vivir varios años en Estados Unidos con sus black fridays correspondientes, para nada crea adicción ni es una tradición tan antigua. Tendrá 40 años y es algo así como «vuelve la primavera al Corte Inglés» en España. Un invento más de los comerciantes más sagaces. No obstante, todo sea porque movamos la economía y creemos empleo a través del consumo. Así pués,tapémonos la nariz y tomemos el jarabe rápido.


Pero es escalofriante como, cada vez más desde que nació el gran imperio de internet, se extienden hábitos comerciales del otro lado del charco en España a la velocidad del rayo. Podríamos comenzar diciendo que en Estados Unidos siempre hay algún tipo de rebaja, descuento u oferta. Y esto, lo hemos copiado recientemente. Hasta hace muy poco en cada comunidad autónoma e incluso en cada ayuntamiento se regulaban las fechas de comienzo y fin de las rebajas. Ahora, muchas tiendas está en permanente descuento.
Los outlets, nada exitosos en España hasta la crisis, han sido siempre algo muy norteamericano. Aquí, hasta que no llegó la debacle no han funcionado a pleno pulmón. Luego, lo que ocurre es que muchas de las cosas que allí se venden, como ya las han hiper rebajado las propias tiendas originales cien veces durante meses, el cliente no siempre las quiere: no se interesa por una oferta «dejà vu». Porque seamos claros, el que busca buenos precios, puede ir a sitios más baratos. Y el que busca moda rabiosa, no va a un outlet a encontrar un refrito de las últimas 6 temporadas.
Con los ritmos «circadianos» de la moda cambiados, encontramos que los avances en las tiendas de ropa son cada vez mayores: prendas de verano —o de la colección resort— en las tiendas en enero y prendas de invierno —de lana de la que pica— en julio. Yo que he sido parte de ese engranaje mientras he trabajado para las grandes multinacionales de la moda de primer nivel, espero sinceramente que todo se racionalice un poco.
Después, está la integración en nuestra cultura de la desagradable Halloween, para el que solo damos la venia y justificamos a algunos pueblos de Galicia que desde siempre hace décadas han celebrado algo muy similar, con calabazas incluídas, ya se sabe...¡estos celtas siempre van de avanzadilla!
Los pop-up stores, de moda en Estados Unidos desde hace unos 5 o 6 años han llegado a España hace uno o dos. Y ahora, no hacemos otra cosa: pop-up por aquí, pop-up por allá. No están mal porque crean un «momentum», una sensación de «ahora o nunca» que dinamiza la compra. Además facilitan la exposición comercial a pequeñas empresas que no tienen la posibilidad o no quieren abrir puntos de venta.
Pero lo último, novedad en primicia de este año y que los españolitos tenemos los santos «bemoles» de mencionar como si fuera de toda la vida, es el Black Friday. Aquí no tiene sentido, pues en Estados Unidos el día anterior, jueves y día de Acción de Gracias, se reunen familia o amigos, sean de la religión que sean. Y claro, el día siguiente se convierte en un día tonto: se tienen que recuperar del atracón de comer del día anterior y normalmente no se trabaja porque cada uno se desplaza al pueblo tal o al Estado cual a ver a la familia o los amigos íntimos. Así se aprovecha —los americanos son muy listos— para motivar un «comienzo» mental de las Navidades, algo que en España llegaba en Diciembre. Hasta ahora, claro.
Pero un momento, alto ahí, que esto no ha acabado. Ahora llega el Cyber Monday (lunes informático en inglés), otro invento estadounidense creado en 2005 para reactivar las ventas a través de la red el lunes tras el Black Friday. Que cruz. Enseguida los norteamericanos se apresuraron a asegurar que era el día más fuerte de ventas por internet y los minoristas afirmaron que era una buena idea comercial. Se proponen ofertas para hacer que compre hasta el que no quiere. Y, efectivamente, se convierte de modo habitual en el día del año de mayor gasto de compras en la red, sin contar las delicias que hace a las empresas de transporte. Y cómo no, la fiebre del Cyber Monday se ha extendido a los países anglosajones, a algunos del sur de América que no encuentran todas las tiendas a mano y a la siempre avanzada Alemania. ¿Quienes serán los próximos? Vayan poniendo sus barbas en remojo.